Caché
Parece difícil en la actualidad encontrar un director que mantenga un suspense y una tensión incómoda en una película. Estamos acostumbrados a "las emociones fuertes" en el cine, pero no sabemos nada. La tendencia del cine hollywoodiense nos emparenta suspense con sustos, caretas, sangre, bichos, monstruos, etc. No erraría en decir que ya nos hemos inhibido a toda esa tendencia. Hoy en día aquella película comercial que logre hacernos saltar de la butaca será aquella que tenga un montaje que lo merezca ya que por lo que se refiere al guión todos trazan los mismos argumentos. Como espectadores los guiones de este tipo de películas se nos resisten, ya no nos atraen. Pero no podemos negar que un susto bien montado no nos produzca un shock. El cine de suspense ya no se practica en las grandes producciones, se ha simplificado en mensaje a cuatro sustos en la palícula, tres escotes, dos tios buenos y una BSO de algún grupo famoso. Michael Haneke se distancia de todo esto. Como acertadamente ha titulado la Filmoteca de Valencia su ciclo, Radiografias de la Violencia, el cine de Haneke no te deja tranquilo. Con un sello propio son muchas las películas que hablan de la violencia, no en un primer plano necesariamente. Haneke viene de haber hecho películas anteriores que lo sitúa entre uno de esos directores provocativos. "Benny's Video", "Funny Games", "Codigo Incompleto", "La pianista" y "El Tiempo del Lobo" son algunas de sus mejores películas. Entendido en filosofía, teatro y alguna otra disciplina se considera como un reflexivo, entiende el cine como uno de los mejores soportes para hacer preguntas. No defiende los happy end y suele acabar las películas de una manera muy particular. El final de "El tiempo del lobo", bajo mi punto de vista, es uno de los mejores finales que he visto. La clave está en el último plano. La historia se resuelve con el último plano. Con Caché Haneke logra la Palma de Oro de Cannes y cinco Premios Europa. Un guión enrevesado, una realización curada hasta el último detalle, la gran actuación de Daniel Auteuil y Juliette Binoche y, sobretodo, un ritmo perfecto es el resultado de la vigesima película de Haneke. Sin aliento y con una sensación de maestría te quedas al ver su último film. A parte de jugar con el espectador, de enganarlo es capaz de extremar al máximo la duración de los planos sin que te produzca un aburrimiento. Caché no habla de una extorsión de una persona, Caché habla de la propia extorsión que se genera una persona a sí misma. Cashé habla de muchas cosas: habla de las relaciones entre parejas (con unos diálogos exquisitos), habla del miedo, habla del remordimiento, habla de la violencia... Cashé retrata la realidad de tal forma que te sumerges en ella.