miércoles, febrero 22, 2006

Segundo Aviso

Ayer me pasó algo muy extraño que no me había ocurrido anteriormente: tuve un enganchón de espalda. Es curioso porque coincide que los martes son el día que no tengo clase. Me pasé el día en casa estudiando un poco de italiano (verbos :S), leí un rato (El libro de la almohada) y vi una pelí (eXistenZ, la verdad no me convenció mucho). Por la tarde le di una clase de mates a un chaval y luego fui a entrenar. El entrenamiento fue suave y calentamos bien. Pues allá por el final, me entró una molestia muy rara en la zona media de la espalda. Era una molestia interior. Pensé que únicamente tenía que ir en cuidado y no forzar en lo que quedaba de entrenamiento. Cinco minutos después estaba tumbado en el suelo con dificultades para respirar. Dos vértebras se me habían pinzado y me estaban jugando una mala pasada. Ayer por la noche el dolor era incomodísimo, no había postura en la que pudiese descansar.
Hace unos diez días, era domingo, no podía levantarme de la cama. Tenía la espalda llena de contracciones musculares. La noche anterior acabé de trabajar con muchísimo dolor en la espalda. En esa ocasión era de tipo muscular. Era una sensación a llevar puesta una mochila de treinta kilos en la espalda y tenía que hacer mucho esfuerzo para moverme.
Esta claro que no han sido dos infartos pero creo que mi cuerpo me está pidiendo un pequeño descanso. Ya me ha dicho el fisioterapeuta (dos veces) que me compre un bolso más pequeño para no meter tantas cosas. La verdad es que tiene razón, si el día tuviese 48 horas no descansaría más. Pero la pregunta es: ¿de qué vas a prescindir...?¿a qué le vas a decir que no...?

pues no lo sé